Surf en Langre
Siempre hay olas en Langre. Al final del verano, a principios del mes de Septiembre, la estación se va recogiendo y está cerca el comienzo del otoño. La mar refleja este cambio, plasmando unas condiciones ideales para la práctica del surf.
Fue un sábado por la mañana. Después de cargar todo el material y recoger a un amigo que estaba empezando en esto del surf, llegamos a la playa de Langre y aparcamos al borde del acantilado. Ya había gente en el agua y en el aparcamiento se respiraba una emoción mezclada entre prisa y alegría. Habiendo ya calentado los músculos a pie de playa, nos metimos en el agua atravesando la primera serie de olas. Ese día el período era de 8 y la predicción de olas para Langre marcó 1,5 metros. No se equivocó. Tras media hora en la que todos los que estábamos allí habíamos cogido ya un par de buenas olas; además de alguna otra de menor tamaño, la mar empezó a crecer.
Cerca del acantilado, que divide la playa pequeña de la grande, las olas se iban agolpando en la base y formando un tobogán que llegaba hasta la orilla finalmente. Me dirigí hasta esa zona y descanse un poco para coger aire. Tras de mí vinieron otro par de curiosos. Mi amigo silbaba a lo lejos y cerca de la orilla. Me giré y vi llegar una ola de unos dos metros aproximadamente, no me dio tiempo y la deje pasar. Uno de los chicos que llegaron después, remó con fuerza, se colocó de pies sobre su tabla y bajó la ola haciendo una maniobra de medialuna hacia a fuera. Yo me giré hacia mar abierto y vi formarse otra ola. Se fue acercando y aumentando su tamaño. Me orienté y estuve atento para cogerla. Oía el mar avisar detrás de mí, su sinfonía iba subiendo de volumen, miré la ola y vi que iba cerrando a unos 5 metros de mi flanco derecho y 10 metros tras de mí. Remé con fuerza y cuando me alcanzó sentí estar en el momento justo, en el instante preciso. En mi derecha cerraba, a mi izquierda una autopista se abría, cogí altura y me puse a viajar. Cortando la ola me coloque en lo alto un tiempo hasta que vi venir el cierre de la otra parte, hice una maniobra y me coloque delante de la ola. Aproveché su fuerza hasta el final y llegué a la orilla.
Conservo en el recuerdo el sonido del mar cuando ya abandonaba la playa de Langre.
Surf in Langre
There are always waves in Langre. At the end of the summer, at the beginning of the month of September, the season is being gathered and is near the beginning of the autumn. The sea reflects this change, painting the ideal conditions for surfing.
It was a Saturday morning. After loading all the material and pick up a friend who was a beginner in surf, we arrived to Langre beach and parked in the edge of the cliff. There were already surfers in the water and in the parking lot was breathed a emotion mixed between rush and joy. Having already warmed up the muscles walk to beach, we swam through the first series of waves. That day, the period was 8 and the prediction of waves for Langre was 1.5 meters. It was not mistaken.
Near the top of the cliff, which divides Langre beach, the waves were is jostled up against the base and is pictured a slide that came down to the shore. I went to that area and I rested to take a breath. Then came another pair of curious. My friend whistled in the distance and near the shore. I turned and saw a wave of about two meters approximately, it was late for me and I let it go. One of the guys, who came later, rowed hard and He was placed on his surfboard and down ober the wave drawing a crescent with its movement. I turned toward the open sea and I saw formed another wave. It was approaching to me and it was increasing its size. I turned to surf it. I could hear the sea warn behind me, its symphony was going up in volume, I looked to the wave and I saw that it was closing about 5 meters from my right flank and 10 meters behind me.I worked hard and when that wave arrived I felt be there at the right moment, ate the right time. In my right hand the wave was closing, to my left a highway was opening, I raised to the top and I started the journey. As I cut the wave so I was on the top for a long time. Then I saw the otherside of the wave that was coming to me, I made a maneuver and I stood in front of the wave. I took advantage of its force to the end and I reached the shore.
I remember the sound of the sea when I was leaving Langre beach.